Jota Leonetti se incorporó como columnista de Cuyomotor y en su primera nota escribió sobre los cuidados y prevenciones que hay que tener en cuenta a la hora de manejar sobre la nieve.
Muchos conductores temen a la nieve pero los peligrosos son los que arremeten sin precauciones. Al manejar en zona de montaña, hay que entender que la reacción de nuestro vehículo va a ser totalmente distinta a la que tiene en una autopista. Primero habrá que planificar el viaje y no tomar demasiado temprano los caminos para esperar que el calorcito derrita la nieve helada en la noche. Los brillos sobre el asfalto servirán de signos de dónde queda aún hielo resbaladizo, y cuidado porque la sombra de un cerro o simplemente un árbol puede ocasionar que un manchón perdure.
Las cadenas para envolver los neumáticos son compañeras indispensables ya que puestos de control pueden no dejarnos avanzar si no las llevamos (y tampoco hay que olvidar unos guantes fuertes para instalarlas evitando cortes). En tanto, hay lugares como Ushuaia donde es obligatorio llevar neumáticos con clavos.
Ante la pérdida de control se debe evitar las maniobras bruscas: nada de freno ni volantazos. Si hay banquina lo mejor es un rebaje, mantener la dirección firme y dejar que el vehículo se detenga solo (aunque quede incrustado en la nieve, siempre más blanda que otro vehículo). En la traza urbana, recuerden que la prioridad de paso en un cruce la tiene aquel que viene en pendiente. Y a la hora de estacionar, no olviden dejar las ruedas apuntando al cordón. Como siempre, ir despacio y con una distancia de frenado mínima de 5 segundos (pisada al freno prohibida), evitará colisiones y abollar unas lindas vacaciones.
CUIDADO CON EL FRÍO AL CONDUCIR
No nos referiremos aquí a la nieve o el hielo en calzada, sino sencillamente a esos días en los que el frío que sentimos en nuestro cuerpo puede hacernos cometer algunos descuidos en la conducción.
La posición de manejo debe ser siempre confortable y segura, con la espalda bien apoyada sobre el respaldo del asiento y los brazos ligeramente flexionados sobre el volante. Llevar un abrigo o muchas prendas abultadas, puede limitarnos ante una maniobra y una bufanda colgando puede enredarse y complicarnos hacer un cambio de marcha.
Por supuesto, guantes de lana (o cualquiera no adecuado para la conducción), nos pueden hacer perder adherencia y control del volante en una curva.
Tampoco el exceso de calefacción es bueno, porque el calor y una falta de ventilación (más si se está fumando, cosa que no recomendamos por generar distracción) puede provocar amodorramiento, dolor de cabeza o somnolencia.
Si pueden, lo mejor es darle arranque y esperar unos 10 minutos con la calefacción al tope para que motor y habitáculo se calienten previamente a partir.