El lubricante del motor es fundamental para el buen funcionamiento de tu vehículo, ya que forma una película de lubricación en forma instantánea; enfría las áreas caliente; limpia las superficies metálicas; reduce la fricción y sella las partes internas del motor.
De esta manera, para poder asegurar un funcionamiento óptimo del propulsor, hay que elegir el aceite adecuado para evitar problemas mecánicos y asegurar una larga vida útil para el vehículo. Usar el lubricante incorrecto es una de las principales causas que puede provocar daños en el motor.
Por otro lado, es necesario un correcto mantenimiento del filtro de aceite: este es el encargado de obstruir todas las impurezas y partículas que pueden producir un grave desgaste en las piezas del motor.
El lubricante se elabora con tres ingredientes principales: aceites base, modificadores de la viscosidad y aditivos para un superior rendimiento. Estos componentes se mezclan para generar una buena protección. Si el aceite se cambia con regularidad, contribuye a mantener el auto en buen estado, aun así, es recomendado consultar con el fabricante para confirmar con mayor seguridad.
Cuatro problemas relacionados con el lubricante y sus consecuencias
Un relevamiento internacional asegura que más del 60% de las averías mecánicas se atribuyen a problemas relacionados con la lubricación. Los problemas más comunes son: lubricación insuficiente, exceso de lubricación, contaminación de lubricante y el uso del lubricante incorrecto.
Cada uno de estos problemas acarrea consecuencias severas al motor de nuestro vehículo. Las más frecuentes son el alto desgaste de piezas, formación de depósitos, cambio en la presión del aceite, dificultad en el arranque y corrosión. A continuación detallamos cada una:
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Desgaste de las piezas:
El desgaste mecánico es inevitable, pero se pueden tomar medidas para retrasar su aparición. Este desgaste es más intenso en la parte superior del cilindro debido a las altas temperaturas y presión del gas. Las sustancias formadas en la cámara de combustión y materias extrañas pueden actuar como abrasivos, rompiendo la película de aceite.
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Formación de depósitos:
La baja temperatura y la ventilación inadecuada del cárter pueden causar la formación de depósitos en los pistones, cilindros, vástagos y sedes de las válvulas. Para evitar estos depósitos, es importante utilizar un aceite con alta estabilidad a la oxidación y un alto grado dispersante.
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Cambio en la presión del aceite:
La viscosidad del lubricante afecta la presión del mismo. Si el motor está en buenas condiciones, esta propiedad es menos preocupante. Sin embargo, variaciones en la presión pueden indicar problemas mecánicos o una dilución excesiva del combustible.
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Dificultad en el arranque:
Un aceite de alta viscosidad cuando el motor está frío puede dificultar el arranque. Es crucial utilizar el lubricante adecuado según las recomendaciones del fabricante. La falta de compresión y la mala regulación del sistema de inyecciones de combustible también pueden dificultar el arranque.
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Corrosión por causa del lubricante:
La presencia de agua es la principal causa de corrosión. Si la humedad del aire durante la aplicación supera el 85%, se pueden producir ataques corrosivos. Un cárter contaminado con agua puede limpiarse mediante el drenaje del aceite y luego llenarse con un lubricante recomendado.
Realizar controles periódicos del motor y del aceite es vital para prevenir problemas de lubricación. Además, Cuyomotor te recomienda seguir las sugerencias del fabricante sobre el tipo de lubricante y los intervalos de cambio puede ayudar a mantener el motor en buen estado, asegurando así un rendimiento óptimo del vehículo.