Toyota, reconocida mundialmente por su amplia gama de vehículos que abarca desde hatchbacks y sedanes hasta SUVs y pick ups, decidió despedirse de uno de sus motores más emblemáticos: el V8 turbodiésel. La inminente decisión surge en respuesta a las cada vez más estrictas normativas ambientales.
El motor V8 de Toyota ha sido una rareza en su línea de productos, especialmente dado que la marca es conocida por sus eficientes motores de cuatro cilindros. El motor de ocho cilindros en V, reservado para modelos de gran porte como pick ups y SUVs medianos-grandes, representa el último de su tipo en el mercado global de Toyota.
Australia será el primer mercado donde Toyota eliminará el motor turbodiésel de su oferta, específicamente de la LandCruiser Serie 70. Como se remarcó anteriormente, la decisión se debe a las inminentes normativas de emisiones del Gobierno Federal que el V8 turbodiésel no puede cumplir.
Según el informe de ADR (Australian Design Rules), el V-8 del LandCruiser Serie 70 emite tres veces más contaminación que el Toyota Corolla híbrido y un 35% más que la pick up Toyota Hilux diésel.
![LandCruiser Serie 70](https://cuyomotor.com.ar/wp-content/uploads/2024/07/fotos-noti-13-2.jpg)
El reemplazo del motor V8
A pesar de esta eliminación, Toyota aún tiene un año de pedidos pendientes de unidades con este motor que deberá cumplir. El reemplazo previsto para el V8 es el turbodiésel de cuatro cilindros y 2.8 litros, que ofrece 204 caballos de fuerza y 500 Nm de torque, el mismo motor que impulsa a la Hilux y la SW4.
Aunque más pequeño y con 1.5 CV menos de potencia que el V8, este motor entrega 70 Nm más de torque y es significativamente más limpio.
El V8 turbodiésel de 4.5 litros debutó en 2007 en la Serie 70 como un motor de un solo turbo y se ofrecía con turbocompresores gemelos y transmisión automática en el LandCruiser Serie 200. La Serie LandCruiser 300, lanzada en 2021, ya había reemplazado el V8 con un V6 turbodiésel de 3.3 litros.
Desde su introducción en 1985, la Serie 70 vendió 346,742 unidades solo en Australia, con casi la mitad de ellas (aproximadamente 170,000 vehículos) equipadas con el motor que se despide.