Conducir con el tanque de nafta en niveles bajos puede generar diversas consecuencias negativas tanto para el automóvil como para la seguridad del conductor. Aunque es común que algunas personas esperen hasta que se encienda la luz de reserva, esta práctica puede provocar problemas mecánicos y situaciones peligrosas en la vía. El mantenimiento adecuado del nivel de combustible es clave para evitar estos inconvenientes y prolongar la vida útil de los componentes del vehículo.
Uno de los principales riesgos de conducir con poco combustible es la posibilidad de quedar varado en el camino, especialmente en rutas donde las estaciones de servicio son escasas. Si bien muchos autos modernos cuentan con un indicador digital que estima cuántos kilómetros se pueden recorrer con el combustible disponible, esta cifra puede variar dependiendo de las condiciones de manejo, como el tipo de terreno, el clima y la velocidad. Confiar en este indicador sin margen de seguridad puede llevar a quedarse sin combustible en lugares remotos o peligrosos.
Otro aspecto crítico de manejar con poca nafta
Al circular con un nivel bajo de combustible, se incrementa la probabilidad de que entren sedimentos y suciedad al sistema de combustible. Con el tiempo, estos residuos tienden a acumularse en el fondo del tanque y, cuando el nivel de combustible es bajo, pueden ser absorbidos por la bomba de combustible, lo que puede obstruir los filtros. Esto no solo afecta el rendimiento del motor, sino que también puede provocar un mayor consumo de combustible al dificultar el flujo adecuado hacia los inyectores.
La bomba de combustible es otro componente vulnerable cuando se conduce con poco combustible. En la mayoría de los autos modernos, esta bomba está sumergida en el combustible para mantenerse fría durante su operación. A medida que el nivel de combustible disminuye, la bomba se ve obligada a trabajar con mayor esfuerzo y a temperaturas más altas, lo que puede acelerar su desgaste y, eventualmente, causar su falla. Este tipo de avería puede ser costoso de reparar y evitarse fácilmente manteniendo un nivel adecuado de combustible en el tanque.
Los autos con motores diésel son especialmente susceptibles a los efectos negativos de conducir con poco combustible. Estos motores son más sensibles a las impurezas, y la condensación de agua en el depósito puede generar problemas adicionales, como la corrosión o el mal funcionamiento de los inyectores. Por esta razón, es aún más importante para los vehículos diésel mantener el tanque por encima de niveles críticos y realizar mantenimientos regulares para evitar daños graves.
Otro impacto de conducir con bajo nivel de combustible es el aumento de las emisiones de gases contaminantes. Cuando el motor no recibe la cantidad adecuada de combustible, su eficiencia disminuye, lo que resulta en una mayor emisión de gases nocivos para el medio ambiente. Este aumento en las emisiones también puede afectar el rendimiento general del auto, haciendo que se recorra menos distancia por la misma cantidad de combustible, lo que incrementa el gasto a largo plazo.
Cuándo cargar sí o sí
Para evitar estos problemas, los especialistas recomiendan cargar combustible cuando el tanque se encuentra al menos al 20% de su capacidad. Esto no solo ayuda a proteger los componentes del vehículo, como la bomba y los filtros de combustible, sino que también reduce el riesgo de quedar varado y disminuye el impacto ambiental de las emisiones. Además, aseguran que mantener un nivel adecuado de combustible mejora el rendimiento general del auto y prolonga la vida útil de sus partes.
Además de mantener el tanque con un nivel de combustible adecuado, existen otros hábitos de conducción que pueden ayudar a reducir el consumo de nafta. Conducir a velocidades constantes, evitar aceleraciones y frenadas bruscas, y mantener el vehículo en buen estado son algunas de las prácticas recomendadas. Realizar los servicios programados, como la alineación y el balanceo, y cambiar el aceite según las indicaciones del fabricante también son esenciales para optimizar el uso de combustible.
El uso adecuado de los neumáticos también influye en el consumo de nafta. Según los expertos, alrededor del 20% del consumo de combustible de un automóvil está relacionado con la resistencia a la rodadura de los neumáticos. Por lo tanto, es fundamental mantener los neumáticos inflados según las especificaciones del fabricante. Además, evitar o moderar el uso del aire acondicionado puede reducir el consumo entre un 5% y un 20%, dependiendo de las condiciones de manejo.