En tiempos de cepo cambiario y de limitación de algunas importaciones, la historia del Mercedes Benz 220 D, que se vendió en la Argentina entre 1971 a 1975, es una de esas imperdibles y con vigencia absoluta. Participá del concurso por merchandising oficial de la marca ACÁ
A través de los años, Argentina ha sabido escribir algunas páginas interesantes en la historia del diseño automotor. Por supuesto que de la mano de los vaivenes políticos y económicos, estos proyectos han sufrido altibajos, interrupciones y disminuciones de presupuesto…
Algunos autos han llevado la reputación automovilística de nuestro país al más alto nivel de reconocimiento; tal es el caso del Torino o las coupés Fiat de fines de los 60 y principios de los 70 (1500, 1600, 125).
EL PIONERO. Un vehículo menos conocido por los entusiastas y cuyo origen no muchos tienen claro es la serie 220 D de Mercedes Benz que se comercializó entre 1971 y 1975.
Por aquellos años, la importación de autos particulares estaba totalmente vedada. Existía en la normativa vigente de principios de los 70 un atajo que con bastante ingenio Mercedes Benz de Argentina supo utilizar para satisfacer el deseo de algunos de manejar un automóvil 0 km de alta gama.
Las restricciones de la importación permitían de todas maneras la importación de partes mecánicas y partes de carrocería para completar el ensamblado de vehículos (siempre y cuando su configuración final fuera de utilitario y nunca de automóvil de pasajeros).
LA PICK UP DE LUJO. Dada esta condición, Mercedes comenzó a importar el chasis de su modelo 220 con motor Diesel “D” armado desde la trompa completa, hasta el torpedo incluido. Se importaban también las puertas por separado. Luego, a través de un convenio hecho con la fábrica de ómnibus “El Detalle”, este distinguido auto se convertía en Pick Up de simple o doble cabina.
SALTO AL CORRALITO. Una segunda intervención, por lo general hecha en talleres artesanales y sin el aval (oficial) de Mercedes Benz terminaba convirtiendo algunas de estas estilizadas camionetas en el sedán original similar al de Alemania o en una práctica rural. Entonces, el milagro se materializaba, y un privilegiado argentino podía conducir su anhelado Mercedes cero kilómetro en pleno cepo de importación vigente.
Claro que la situación de Mercedes Benz era distinta a la de otras automotrices, ya que se dedicaba desde 1955 a producir utilitarios en su planta de González Catán (Provincia de Buenos Aires) y además tenía en Alemania una reputadísima gama premium. Los elementos perfectos para poder llevar adelante el plan.
Muchos de estos modelos, tanto las pick ups, como la rural y algún que otro sedán, ruedan todavía por las calles argentinas, sin recibir la atención o el reconocimiento de los conocedores del mundo del motor que tal vez se merezcan. Su historia es reflejo de las complejas consecuencias que han generado los duros regímenes de importación que rigieron en el país durante la segunda mitad del siglo XX (Exceptuando la década de los 90). Y nos enseñan que el ingenio nacional para eludir las trabas del Estado muchas veces roza lo inimaginable…