Todo lo que perteneció a Diego Maradona, tiene un valor especial para sus fanáticos. Y mucho más desde el día en que falleció (25 de noviembre de 2020). Desde entonces, sus objetos, sus pertenencias tienen un sello similar a una reliquia codiciada, ávidos de historias para atesorar, como Martín Varrone, actual dueño del primer 0km de Diego, un Fiat 128 blanco, que encontró tirado en un gallinero, de la localidad de Salto en el año 2003.
Alertado por el tremendo objeto encontrado, en esos años se lo entregó a un reconocido restaurador argentino, Alejandro Pastorino, que lo dejó nuevo, reluciente como lucía cuando “El Pelusa” lo compró en 1982, cuando era jugador del Barcelona y estaba a punto de comenzar su exitosa historia en el Napoli de Italia.
Por ese motivo, el Diez decidió venderlo y nada se supo del coche, hasta 2003 cuando lo rescató Varrone. Hoy, esa joya maradoniana, esta impecable, tiene 3,8 metros de largo, un motor 4 cilindros, un velocímetro en 180 km por hora, 370km andados, una caja de cuarta al piso y un espacio interior para cuatro personas.
La restauración completa del auto, incluido el motor, duró un año y medio. Todo ese tiempo estuvo en el taller de Pastorino, ubicado en Palermo. “Cuando terminamos la restauración, nos sentamos por primera vez y salimos a dar una vuelta en el auto. En ese momento nos miramos con Martín y coincidimos en pensar en las veces que lo sacó el Diego. Se te cruzan un montón de cosas por la cabeza”, comentó Pastorino publicada en Clarín.
La historia del Fiat es rica y atrapante, porque de haber estado en manos del ídolo, luego pasar años tirado y abandonado, volvió a brillar como en los 80. El año pasado fue subastado en 400 mil dólares, pero no se vendió.
Varrone, gran coleccionista de autos, tiene la verificación que el auto es original, y consta en los papeles que su dueño era Diego Armando Maradona. Tenía domicilio en calle Cantilo 4500, Villa Devoto. Según los papeles, el Fiat 128 paso a pertenecer al astro del fútbol, en 24 de diciembre de 1982. Con esta legalidad en mano, el modesto y sencillo coche tiene valor, pero por ahora no tiene interesados en adquirirlo.
El famoso coleccionista, que atesora además un Cadillac de Juan Domingo Perón, y un Mercedes-Benz de Juan Manuel Fangio, quiere venderlo, porque su idea es apoyar con ese dinero, a su hijo Nicolás, piloto que comienza a dar sus primeros pasos en el mundo del automovilismo del Viejo Continente, precisamente en Le Mans Series.