Con el estreno oficial de la serie “Menem” en Amazon Prime, una parte del imaginario colectivo argentino vuelve al centro de la escena. Más allá del interés por lo político, lo judicial y lo personal, la producción también rescata un símbolo que, tres décadas después, sigue generando fascinación: la Ferrari que Carlos Menem manejó en el verano de 1991.
Aquel episodio marcó un antes y un después. El entonces presidente, a bordo de un superdeportivo italiano de color rojo intenso, recorrió los más de 400 kilómetros entre la residencia de Olivos y la ciudad de Pinamar en apenas tres horas y media. Apenas descendió del vehículo, las cámaras y los micrófonos lo rodearon. Las preguntas no sólo giraban en torno a su descanso, sino también a temas de peso como la economía y el valor del dólar. La escena quedó grabada en la memoria colectiva.
Así era la Ferrari de Menem
El auto en cuestión no era cualquier Ferrari. Aunque por mucho tiempo circularon versiones que hablaban de una Testarossa, en realidad se trataba de una Ferrari 348 TB, un modelo lanzado al mercado en 1989, el mismo año en que Menem asumía la presidencia. El modelo llevaba un motor V8 de 3.4 litros, 32 válvulas y una potencia de 300 caballos. Aceleraba de 0 a 100 en menos de seis segundos y podía alcanzar los 275 km/h. Su diseño, con faros retráctiles y líneas angulosas, representaba lo último en tecnología y estética deportiva de fines de los ochenta.
En cuanto a la procedencia del vehículo, fue un regalo del empresario italiano Massimo Del Lago, quien en ese momento buscaba obtener concesiones viales en la Argentina. El gesto desató una fuerte controversia. Desde la oposición y algunos sectores del periodismo se cuestionó la legalidad y la ética del obsequio. Incluso, el propio Menem fue consultado por si pensaba renunciar al auto. Su respuesta fue recordada por años: “La Ferrari mía, es mía. Me la donaron a mí, yo no veo por qué la debo donar”.
Las polémicas se intensificaron cuando se supo que durante aquel viaje no pagó peajes y que en ciertos tramos circuló a velocidades superiores a los 190 km/h. Finalmente, tras ser subastado, el vehículo fue adquirido por el agente de Bolsa Juan Nápoli, actual dirigente político.
La serie, que intenta reconstruir algunos de los momentos más significativos del exmandatario, incluyó esa escena, pero con una pequeña licencia creativa. En lugar de una Ferrari 348 TB, se utilizó una F355, modelo que llegó al mercado en 1994 y que fue la sucesora directa del vehículo original. Si bien para el espectador común puede pasar desapercibido, los entusiastas del mundo motor no tardaron en detectar la diferencia.
La Ferrari F355 también representa una joya de Maranello. Más moderna en sus líneas y con un V8 de 3.5 litros, fue uno de los autos más icónicos de la década siguiente. Sin embargo, no es el modelo exacto que usó Menem, y eso genera cierta distancia entre la ficción y el hecho histórico.