Tras un período de exhaustivo análisis de la demanda potencial en Argentina y después de haber tenido una especie de “contacto de prueba” con el público local en el 7° Salón del Automóvil de Buenos Aires de 2015, Toyota Argentina decidió introducir el Yaris dentro de su portfolio para complementar su oferta en la división ‘autos’, ubicándolo en una franja intermedia entre el Etios y el Corolla.
En Cuyomotor probamos la única versión disponible, con caja automática CVT y nivel de equipamiento ‘S’. Lo hicimos transitando por las congestionadas avenidas de la ciudad de Buenos Aires y en un trayecto de ruta de alrededor de 600 km entre ida y vuelta.
Como primer aspecto a resaltar, sin dudas, se encuentra el comportamiento del conjunto mecánico. No sólo la relación entre motor y caja (que veremos más adelante) si no también los ajustes de chasis y suspensiones, que denotan la consolidada experiencia del fabricante en la configuración que necesita tener para rutas y calles de países como Argentina o Brasil.
¿QUIÉN ES?
Toyota Yaris 1.5 S CVT 2016
¿QUÉ ES?
Es un hatchback del segmento B (Chico) que se ubica un escalón por encima del Etios en la oferta de la marca en Argentina. Con él comparte motor y caja de transmisión, aunque se monta en otra plataforma y los componentes del interior son totalmente distintos. Se fabrica en Tailandia, aunque se empezará a producir en Brasil. Dentro del portfolio de Toyota en la región se puede decir que más que al Etios, se trataría de un complemento del Corolla, que sólo se fabrica en versión sedán.
DISEÑO INTERIOR
El diseño del interior del Yaris da la sensación de atrasar algunos años. La consola tiene un diseño sobrio y sin estridencias, con plásticos semirígidos que imitan las terminaciones de cuero cosido, al igual que lo hace la última generación de modelos de la marca japonesa, pero los botones y comandos de la ventilación recuerdan diseños de los años noventa.
En contradicción con lo anterior, la pantalla táctil de 7” a todo color en el centro de la plancha principal lo sitúa dentro de los cánones contemporáneos, aunque no incluye navegador satelital ni cámara de asistencia al estacionamiento.
El sistema de audio permite el formato de MP3, CD’s y hasta DVD’s, lo cual puede decirse que es casi una antigüedad a esta altura en donde la tendencia es que música, archivos de video o películas se guarden en soporte sólido (pen drives o discos rígidos). Sin embargo, no deja de ser un aspecto bien valorado por quienes aún conservamos nuestros discos favoritos en CD original.
Además, el mecanismo de carga de los discos resulta también algo anacrónico: se pulsa un botón y toda la pantalla se desliza hacia abajo en un ángulo de 90°, liberando el acceso a la ranura del CD player. Para volver a la posición original, se debe tocar en una parte de la pantalla, a pesar de encontrarse en ese momento completamente horizontal, lo cual es algo incómodo. Como funcionalidad extra, permite colocar la pantalla en dos ángulos de inclinación, pero la diferencia entre uno y otro es tan poca que es una funcionalidad poco útil en la práctica.
Lo mismo pasa con el pequeño control remoto (se guarda en un soporte dentro de la guantera) para operar el sistema de audio y DVD: es una solución que varias marcas en su momento utilizaron, pero ya desecharon por su poca practicidad y el riesgo de perderlo.
Más allá de estos detalles cuestionables de la consola y el sistema de audio, se debe resaltar que la ambientación del habitáculo es en general muy agradable: la ergonomía y la calidad de los materiales es lo suficientemente buena. Es decir: alcanza y sobra para transmitir la conocida confiabilidad de la marca japonesa, en un auto de segmento de precios medio.
DISEÑO EXTERIOR
La vista frontal es parecida a la del Etios, aunque con mayores proporciones: domina una especie de barras en forma trapezoidal sobre la parrilla dividida por el paragolpes, del color de la carrocería. Las ópticas delanteras son alargadas y se extienden hacia los laterales, otorgándole un efecto de dinamismo que le sienta muy bien.
También me resultó agradable el diseño lateral, gracias a líneas bien marcadas que forman una especie de hombros sobre las ruedas traseras y se complementan con las llantas de aleación de 15″ en medida 165/60. La visual trasera es algo más polémica, con faros en forma de C que invaden los laterales insertados en un parante de formas atípicas.
Lo que sí le brinda una personalidad propia es el techo: tiene dos pliegues y un relieve muy pronunciado en los bordes laterales, algo que según los ingenieros de Toyota le proporciona un mejor flujo de aire y permite disminuir el ruido de las turbulencias, al mismo tiempo de darle mayor estabilidad. El toque deportivo lo da un pequeño spoiler sobre la luneta.
No sabemos si se puede atribuir a ello o a otras características puntuales como la configuración de suspensiones o la insonorización del habitáculo, pero es cierto es que el resultado del manejo en ruta es positivo.
Las medidas del Yaris son 4,11 m de largo, 1,70 m de ancho y 1,47 de alto, con una distancia entre ejes de 2,55 m. El baúl tiene una capacidad de carga de 326 l, y la capacidad del tanque de combustible es de 42 litros.
MOTOR Y TRANSMISIÓN
El Yaris utiliza un motor relativamente chico, de 1.496 cc de cilindrada, 4 cilindros en línea con 16 válvulas, doble árbol de levas a la cabeza y tecnología Dual VVT-i. Es el mismo impulsor del Etios, aunque tiene una configuración que le da cuatro caballos más de potencia (tiene 107 CV). El funcionamiento es muy bueno, y sólo cuando se le exige por encima de los límites normales puede resultar algo limitado en reacciones, aunque es muy correcto en velocidad crucero.
Está conectado a una caja de transmisión automática CVT de 7 posiciones, que en este caso es la misma del Corolla. Los pasajes de marcha son muy rápidos y están muy bien escalonados, con lo cual logra sacar muy buen provecho de la potencia disponible y de los 140 Nm de torque máximo que entrega el motor a 4200 rpm.
La dirección cuenta con asistencia electrónica y es uno de los aspectos dinámicos más agradables: a pesar de las intervenciones que se perciben casi constantemente, es muy comunicativa y se la siente firme en ruta. En contra: el grip del volante, que a pesar de estar forrado en un símil cuero con costuras, resulta demasiado rígido y no condice del todo con esa sensación agradable que se genera desde la parte mecánica.
SEGURIDAD
Esta única versión del Yaris en Argentina cuenta con el equipamiento de seguridad standard exigido: doble airbag frontal y frenos con ABS. No tiene control de estabilidad (ESP) y es algo que deberá corregir a comienzos del año próximo, cuando comience a ser obligatorio en el Mercosur.
CONCLUSIÓN
Al igual que el Etios, el Yaris saca su mejor provecho en el tránsito urbano, donde se muestra ágil, con respuesta suficiente para llegar a las velocidades reglamentarias y con una dirección muy amigable, que no requiere ningún esfuerzo en las maniobras de estacionamiento.
En esto ayudan bastante también los sensores de estacionamiento, aunque no le vendría mal la asistencia de una cámara para una mejor visión trasera.
Pero además, es altamente disfrutable en ruta, donde brinda una sensación de gran estabilidad, muy buena insonorización y un andar muy suave en toda condición de pavimento gracias a la configuración de las suspensiones.
El comprador del Yaris debe saber que no se está llevando el último grito de la industria ni en la mecánica ni en el diseño interior, ni en el equipamiento tecnológico o de confort. Pero también debe estar tranquilo que se asegura un producto confiable, de andar sereno y cómodo en rutas y calles, con el sello de la marca japonesa al 100%.
En Mendoza
Fotografiamos al Yaris en uno de sus colores disponibles. Para conocer los precios, versiones, planes de ahorro y su financiación en Mendoza: Toyota Yacopini
Test drive: Carlos Sueldo
@Charlysuelto
Especial para Cuyomotor