Hace 60 años, Jeep empezaba a dejar huella con el lanzamiento de la primera generación del Jeep Gladiator. Inspirándose en las carretas de caballos, los primeros fabricantes integraron carrocerías en su oferta desde finales del siglo XIX y principios del siglo XX. Sin embargo, es en las pickups donde se han forjado sus principales señas de identidad: fiabilidad, robustez y capacidad para enfrentarse a todo tipo de terrenos.
Repasando la historia
Estas características coincidían punto por punto con las prestaciones que ofrecía el Jeep Willys desde la Segunda Guerra Mundial, por lo que era cuestión de tiempo que Jeep se pusiera manos a la obra para lanzar su propio concepto de pick-up, un proceso que se concretaría en 1962 con el Jeep Gladiator.
Basado en la plataforma del lujoso Jeep Wagoneer, el Jeep Gladiator hereda su versatilidad y su comportamiento en carretera, aportando múltiples siluetas y carrocerías para adaptarse a las necesidades de una clientela muy variada: granjeros, transportistas, talleres mecánicos, particulares amantes del aire libre. Por este motivo, este modelo se pudo adquirir, desde su lanzamiento hace seis décadas, tanto en versión chasis cabina como grúa, camión o, incluso, como camper.
Hablando técnicamente, esta primera generación del Gladiator se comercializaba en versiones con propulsión trasera o tracción integral y se movía gracias al revolucionario motor 3.8 L de 140 CV con 6 cilindros en línea, la una de las primeras mecánicas con árboles de leva en cabeza disponibles en el mercado norteamericano, que se estrenaba, además, en un SUV. En 1965 se incorporaba al catálogo el motor AMC V8, de 250 CV.
Seis años después, el Jeep Gladiator perdía su nombre de luchador romano para ser denominado, sencillamente, Jeep Pick-Up o Serie J. Esto no fue en detrimento de las prestaciones de este modelo. Al contrario, fue ganando en cualidades “off-road” con el sistema de tracción total manual Dana, en 1977, al que sucedería el sistema Quadra-Trac en 1983.
Al mismo tiempo, la gama se fue diversificando y sus equipamientos y terminaciones se acercaron a los que se ofrecían en los sedanes de la época. Así, versiones como la Pionneer ofrecían un interior elegante, paragolpes cromados y molduras metalizadas en el marco de las ventanas, mientras que el acabado Honcho disponía de una tapicería exclusiva firmada por Levi’s. El punto máximo lo marcó, en 1980, el acabado Laredo, que no tenía nada que envidiar a los sedanes más lujosos de la época: tapicería de cuero, cromados y un sofisticado sistema de audio Alpine.
El fin de la vida comercial del primer Jeep Gladiator llegaría en 1988. Sería sustituido en la gama por el Jeep Comanche, un modelo más corto que estaría en los concesionarios hasta 1992. Desde entonces, Jeep no ofrecería un pick-up a sus clientes hasta 2018, con el lanzamiento de la nueva generación del Gladiator. Sin embargo, este tipo de vehículos siempre ha estado muy presente en el ADN de la marca, como demuestra el hecho que, en estos 26 años de ausencia, se presentaran nada menos que cuatro concept-cars con características pick-up.
La actualidad
Actualmente, el Jeep Gladiator incluye los equipamientos más avanzados en materia de estilo, confort y tecnología. Cuenta con el equipo multimedia Uconnect Nav con pantalla de 21 cm (8,4″), un cuadro de instrumentos con pantalla TFT en color de 18 cm (7″), un sistema de sonido Alpine de 552 W con 9 altavoces, llantas de aleación bitono de 46 cm (18’’) y acabados color plata en el exterior.
Este modelo cuenta con más de 65 sistemas de seguridad activa y pasiva. Esto incluye: Control de ángulos muertos, que vigila los puntos no visibles con los retrovisores, Control de crucero adaptativo, que adapta la velocidad a la del vehículo delantero, Aviso de colisión frontal Plus, que te avisa si hay algún obstáculo en el camino, y Control automático de luces largas, que ajusta la intensidad de los faros a la luz del entorno.
En Cuyo
El Jeep Gladiator y toda la línea de la marca de las 7 ranuras, las encontrás en Lorwest, concesionario oficial.