Hace 40 años, el Fiat Uno cambió su diseño y la manera de producir los vehículos, con el único objetivo de garantizar la mejor calidad de construcción en el segmento. Tras cinco años de investigación y diseño, y un presupuesto de aproximadamente un billón de liras italianas, Robogate, un sofisticado sistema de producción para el montaje de carrocerías, entró en la fábrica para aportar precisión y flexibilidad absoluta.
En 1985, estos robots ingresaron también en la fábrica de Termoli, donde se creó el nuevo motor FIRE. El Fiat Uno fue el primer vehículo de la marca en utilizarlo. Con este modelo, se estableció una nueva y fructífera relación entre el Centro Stile e Ingeniería. Ambos se unieron gracias a las nuevas estaciones CAD y al concepto emergente de Diseño Funcional.
El equipo de Heritage Stellantis, que comprende a Alfa Romeo, Fiat, Lancia y Abarth, realizó un video en el que Roberto Giolito, director del equipo, habla sobre este cambio de juego. Después de haber contado la historia de la campaña publicitaria de Fiat Uno, todo el staff presentó otro video revelando cuán especial es este ícono Fiat creado hace 40 años en términos de innovación tecnológica aplicada al diseño y la producción.
Giolito, lleva a los espectadores en este viaje con imágenes del Centro Storico Fiat y objetos de interés conservados en el Heritage Hub. La innovación tecnológica es el hilo que conduce a través de los 40 años de historia de Fiat Uno, como fue demostrado en el debut ante la prensa internacional el 19 de enero de 1983, en Cabo Cañaveral, Estados Unidos, ciudad que representa la conquista del espacio exterior.
Aquel, fue el escenario perfecto para un modelo que estaba destinado a redefinir el paradigma de los autos urbanos y cambiar la historia de la marca italiana. El Fiat Uno representa un cambio radical en el sector automotor por varios motivos: el uso de robots en el proceso de producción, una nueva y fructífera relación entre el Centro Stile e Ingeniería, y el establecimiento de lo que hoy llamamos Diseño Funcional. Todo fue diseñado para obtener el más alto nivel de calidad, que es exactamente lo que uno esperaría del modelo más innovador del segmento.
Se dio un notable salto de calidad, gracias a la importante inversión económica que realizó la marca. De hecho, aquella fue la inversión más importante que Fiat había hecho en un vehículo hasta ese momento. El director de Stellantis Heritage, afirmó que “el Uno fue un proyecto completamente innovador, comenzando por su carrocería que, a diferencia de sus 127 predecesores, fue diseñada para ser fabricada con soldadura robótica”.
El Robogate, la cabeza de la automatización industrial
Con el Fiat Uno, se le dio forma a un nuevo concepto de producción que daría lugar a una fábrica Integrada orientada a una mayor flexibilidad. La piedra angular de esta filosofía industrial fue el Robogate, un sofisticado sistema de producción diseñado por Comau, la empresa líder en automatización del Grupo Fiat, para el montaje de carrocerías de automóviles que se basaba principalmente en un sistema de soldadura por puntos preciso para cada pieza individual del vehículo.
Su debut tuvo lugar en 1978 en la fábrica de Rivalta con la producción del Ritmo, pero pronto se utilizó en las plantas de Mirafiori y Cassino. El Fiat Uno haría uso de este sistema, usando decenas de robots para las fases de montaje, soldadura y revestimiento, mejorando así significativamente la uniformidad y la calidad de la producción. La mayor parte de la inversión total destinada al proyecto Uno, se hizo con el objetivo de automatizar las fábricas.
Cada día se realizaba un nuevo espectáculo con los brazos mecánicos, ascensores y puertas, cuyos tiempos y procesos eran manejados por una computadora. “El Fiat Uno no solo fue parte de una revolución en la fabricación, sino que cambió toda la forma de concebir, desarrollar y producir un automóvil. Desde los escritorios de diseño CAD hasta la fábrica, todo pasó a ser parte de un continuo y administrado por un solo sistema”, afirmó Giolito.
“Si hoy las redes dedicadas y las conexiones de hardware unen varias áreas de la planta, mañana será el concepto de “Internet de las Cosas” el que regirá y creará un diálogo entre estas máquinas para alcanzar la mayor flexibilidad posible. Esto permitirá la construcción de automóviles para todos los continentes y culturas de la manera más eficiente y sostenible posible”. Concluyó del director.
El motor FIRE de Grupo Fiat
Los robots también entraron en la fábrica futurista de Termoli 3 para la construcción del nuevo motor FIRE, cuya historia está estrechamente relacionada con la del Uno. Fue el primer vehículo equipado con esta joya de la ingeniería italiana que se produjo durante 35 años consecutivos, creando más de 23 millones de unidades. Su nombre es un acrónimo de Fully Integrated Robotized Engine y hace referencia al método innovador con el que fue hecho, es decir, el sistema Robogate.
En comparación con el motor anterior utilizado en todos los vehículos Fiat, el nuevo FIRE era más compacto y liviano, pesaba apenas 69 kg, y más simple en su filosofía de diseño, teniendo 95 componentes menos. Además, era más moderno, más fiable y más fácil de montar. En definitiva, un proyecto duradero y con una ingeniería de motores que pasaría a formar parte del imaginario colectivo y sería sinónimo de fiabilidad y calidad.
Ingeniería y Centro Stile
Con el Fiat Uno, la forma en que se diseñaron los vehículos se revolucionó y las mesas de dibujo fueron reemplazadas por estaciones CAD. El diseño asistido por computadora permitió una mayor precisión y tolerancias reducidas a cero. La relación entre Centro Stile e Ingeniería también cambió; comenzaron a colaborar más estrechamente y buscaron soluciones capaces de combinar diseño con función y belleza estética con racionalidad.
Aquellos años eran en los que la empresa se enorgullecía de mostrar componentes comunes o piezas modulares que también se utilizaban para fabricar vehículos de otras marcas. Además, a principios de los ochenta, el Centro Stile de la firma se convirtió en un estudio de diseño multimarca gracias a la coordinación estilística de las marcas del Grupo y jugó un papel más importante en la mayor gestión técnica.
En este auténtico semillero de ideas innovadoras, también se desarrolló un diálogo incesante con los talleres de carrocería de la época, entre ellos el recién formado Italdesign de Giorgetto Giugiaro y el Bertone, Pininfarina.
Diseño Funcional para el Fiat Uno
El Fiat Uno se adelantó a la tendencia europea en este segmento de ofrecer una carrocería con un parabrisas más inclinado hacia el frente, como si tuviera una forma de “volumen único”. Además, la mayor inclinación del capó unió la ventana delantera y el mismo capó. La luneta trasera estaba totalmente al ras mientras que, por primera vez, se eliminó el canalón de lluvia sobre la puerta.
Gracias a los robots de fábrica, la soldadura del techo con el lateral se realizó a través de los famosos “tirantes”. Todo esto permitió una mayor accesibilidad y facilidad para entrar y salir del vehículo. Además, todo lo que se necesitó fueron unos pocos centímetros para levantar el asiento del conductor, lo que permitió una maniobrabilidad y un control de la ruta inigualables.
Este Fiat fue casi un éxito inmediato. Era querido por el mercado y por los profesionales del sector que lo votaron como Vehículo del Año en 1984. Sus principales puntos fuertes eran su gran habitáculo, para hasta cinco personas, y su gran baúl. Solo la señal de giro usaba el interruptor convencional detrás del volante, mientras que los controles de clima estaban centrados debajo de las salidas de aire. También incluía un único y efectivo limpiaparabrisas central que estaba equipado con intermitencia y varias velocidades.
Roberto Giolito concluyó afirmando que “Fiat Uno es un arquetipo que fue copiado por muchos competidores y les abrió el camino para presentar sus productos». Sin embargo, Fiat seguiría siendo el líder indiscutible en este segmento, tanto que una versión turbo de inyección electrónica abriría camino a los hatchbacks compactos pero deportivos.