Cuando se adquiere un auto —ya sea nuevo o usado—, no solo hay que pensar en el estado del motor o el kilometraje. Los frenos cumplen un rol esencial para tu seguridad y la de los demás en la vía. Por eso, es importante conocer algunas prácticas básicas que ayudan a mantener este sistema en perfectas condiciones y a evitar reparaciones costosas a futuro.
1. Controlá el nivel y la calidad del líquido de frenos
El depósito del líquido de frenos suele estar ubicado en la parte trasera del compartimento del motor y tiene marcas visibles que indican el nivel correcto. Es importante revisar este nivel regularmente y asegurarte de usar el tipo de líquido que recomienda el fabricante, ya que cada auto puede tener especificaciones distintas. Un líquido de mala calidad o bajo nivel puede comprometer gravemente la eficiencia del frenado.
2. Revisá periódicamente los latiguillos de freno
Estos conductos son los encargados de transportar el líquido de frenos a cada rueda. Cualquier fuga o deterioro en los latiguillos puede provocar pérdida de presión y, por ende, fallas en el sistema. Además de chequear su estado, es recomendable purgarlos para eliminar el aire atrapado, ya que pequeñas burbujas de aire también pueden afectar el frenado.
3. Cambiá el líquido de frenos según el kilometraje o el tiempo recomendado
No alcanza con rellenar el líquido: también debe ser reemplazado periódicamente. La humedad del ambiente puede degradarlo, afectando la respuesta de los frenos y corroyendo componentes metálicos. Lo ideal es cambiar el líquido de frenos cada dos años o cada 50.000 kilómetros, lo que ocurra primero.
4. Controlá el estado de las pastillas de freno
Las pastillas son las piezas que más se desgastan dentro del sistema de frenado. Es fundamental inspeccionarlas regularmente: si tienen menos de 3 a 5 mm de grosor, es momento de reemplazarlas. Dejar que se desgasten demasiado puede dañar los discos, generando reparaciones mucho más caras.
5. Evitá las frenadas bruscas innecesarias
Frenar de golpe, especialmente a altas velocidades, genera un desgaste acelerado de las pastillas y el sistema completo. Siempre que puedas, reducí la velocidad con anticipación y frená de manera gradual. De esta forma, no solo prolongás la vida útil de los frenos, sino que también conducís de forma más segura.
6. Aplicá la regla de los tres segundos para mantener distancia
Mantener una distancia prudente con el auto que va adelante permite frenar de manera más progresiva y evita maniobras de emergencia. Contar tres segundos entre tu vehículo y el que te precede ayuda a conservar los frenos y reduce el riesgo de accidentes.
7. Inspeccioná el estado de los discos o rotores
Los discos de freno también sufren desgaste. Podés detectarlo a simple vista si presentan rayaduras, grietas o zonas irregulares. Otro síntoma de problemas en los discos es sentir pulsaciones en el pedal al frenar. Si notás alguna de estas señales, es momento de llevar el auto a un taller especializado.