Sabida es la historia de las 84 horas de Nürburgring del año 1969, prueba en la que el Torino de producción nacional se convirtió en el ganador moral de la tabla general. En pista había logrado la victoria, pero fue descalificado, debido al elevado ruido que emitía un caño de escape roto. Pero antes de llegar a esa prueba, en 1968, un equipo de IKA quiso ver que tal apropiado era el Torino en el Rally de Montecarlo.
El Rally de Montecarlo era la prueba de rally más afamada por aquellos años, algo que se mantiene vigente. Su primera edición fue en 1911, organizada por el Automóvil de Mónaco. Sin embargo la mayor parte del trazado se efectúa en Francia, utilizando en ocasiones limitados tramos del principado.
Una de las características de este rally son las condiciones climáticas adversas: la prueba se lleva a cabo en enero, en pleno invierno europeo, sobre asfalto, y con nieve en la calzada. Esto ha sido así siempre, y es una de las condiciones fundamentales que le agregan peligro a la prueba.
¿Un Torino en el Rally de Montecarlo?
En la década del cincuenta o sesenta eran de la partida centenares de vehículos. Hasta la década del cincuenta, era común que la prueba fuese ganada por autos potentes, como productos de Ford con motor V8, o incluso autos de marcas como Delahaye, de gran cilindrada y porte. Sin embargo, el hecho de que los autos compactos comenzaron a ganar potencia y eran mejores dinámicamente, pasaron a ser amos y señores de la prueba.
El Rally de Montecarlo es una prueba de velocidad, que se efectúa en rutas de montaña, con piso húmedo o nieve. Por ello ya en la década del sesenta los Mini Cooper S podían competir de igual a igual con un Porsche 911, con los que se repartieron la mayoría de las victorias por aquellos años.
En 1968 IKA quería que el Torino producido en Argentina sea uno de los vehículos a tener en cuenta para el Rally de Montecarlo. Para ello se envió un auto, con Oreste Berta y «Pirín» Gradassi como piloto y navegante, para que siguieran la competencia con un Torino, a ritmo de carrera, pero sin estar compitiendo directamente.
El Torino y su hazaña en Nürburgring
El objetivo era tomar tiempos y ver en qué condiciones se encontraba el auto nacional frente a los exponentes europeos. El resultado no fue favorable: los autos de menor tamaño eran más rápidos doblando, y en Montecarlo hay pocas rectas para recuperar terreno.
Los Porsche 911, el Citroën ID, el mismo Mini Cooper S (con motor de poco más de un litro) hacían estragos, y más frente al Torino, que había sido concebido sobre la base de un auto norteamericano, con motor pesado y reacciones mucho más lentas.
Finalmente IKA deshecho la posibilidad de competir en Montecarlo 1969, viendo la oportunidad de correr la Marathon de la Route en Alemania, con 84 horas de duración. La última se trataba de una competencia con un concepto que priorizaba la durabilidad del automóvil, con un planteo de carrera prácticamente de regularidad, y no de velocidad pura. La historia finalmente se inscribió allí.