«Un hombre puede cambiar de todo, pero no puede cambiar de pasión». La frase es de una de las películas argentinas más exitosas de todos los tiempos, El secreto de sus ojos. Sin embargo esta frase también puede aplicarse a este caso: un particular que atesora la colección más grande de autos de la marca Citroën en Argentina.
En ocasión por su centésimo aniversario a nivel mundial, Citroën presentó la serie especial Origins (ver nota), compuesta de tres modelos nuevos de producción. El lugar elegido para tal presentación fue una estancia en Carmen de Areco, Provincia de Buenos Aires.
Este es el lugar en el que un particular armó la colección de vehículos del doble chevrón más grande de Argentina. Allí, además de un importante campo, el coleccionista atesora una veintena de unidades exclusivas: la mayoría de ellas modelos exóticos, e incluso algunos importados desde Europa de forma particular.
Dentro de los exponentes más llamativos se encuentran unidades de pre-guerra, o incluso de los años veinte o el treinta. A pesar de ello abundan especialmente unidades del clásico Traction Avant, conocido en Argentina o España como 11 Ligero.
A TRACTION AVANT
El Traction Avant fue lanzado en 1934, considerado como un auto de avanzada para su época. El diseño fue obra del carrocero Bertoni, pero su mayor destaque lo decía su propio nombre: contaba con tracción delantera, siendo el primer auto de producción en serie del mundo en adoptar este sistema de tracción.
También se destacaba por ofrecer un moderno motor con válvulas a la cabeza, suspensión con barras de torsión y carrocería monocasco, inseparable del chasis. Su evolución tecnológica era tal, que con mínimos cambios se produjo hasta 1957.
1955, LA ERA DS
Como reemplazo del Traction Avant, Citroën se propuso crear un modelo igual, o incluso más revolucionario. En 1955 nació el DS, también obra del carrocero Bertoni, innovó con un diseño único, completamente avanzado para la época. En veinte años se produjeron 1.5 millones de unidades.
Dentro de sus innovaciones estaba la suspensión hidroneumática, un sistema que podía auto regularse en altura mediante fluido hidráulico. Esto le permitía al DS, por ejemplo, circular en tres ruedas. Tuvo un gran rediseño en 1968 (en la foto de color blanco), siendo discontinuado finalmente en 1975.
SM, LA COUPE MASERATI
En 1968 se hizo un acuerdo entre Citroën y la marca italiana Maserati. Eso conllevó a la producción del SM, una coupé dotada de un motor V6 de origen italiano que desarrollaba 170 CV. Asimismo este futurístico modelo ofrecía también suspensiones hidroneumáticas o hasta, incluso, faros direccionales.
Se trata de un auto deportivo dotado con la mejor suspensión conocida hasta ese momento, por lo que el control direccional era impecable. La unidad expuesta en el museo corresponde a una versión de exportación para los Estados Unidos, por lo que no contaba con la opción de ópticas direccionales carenadas, tal como la que ofrecían los modelos europeos. Se produjo hasta 1974.
2CV: EL INFALTABLE
Sin embargo Citroën le debe mucho de su éxito al 2CV, un modelo presentado en 1948 con el claro objetivo de convertirse en una propuesta popular. Por aquel entonces Citroën estaba catalogada como una marca de cierto nivel e innovación, por lo que sus precios eran elevados. El 2CV llegó para cambiar esa idea, con soluciones sencillas y funcionales para satisfacer las necesidades del agricultor francés.
Por aquel entonces se decía que el 2CV podía transitar a través de un campo arado con una canasta repleta de huevos en su asiento trasero. Gracias a sus suspensiones, ninguno de ellos se rompería. Algunas de las unidades expuestas son de la primera serie, incluso el ejemplar de la foto fue importado especialmente para el museo, con el clásico capó de chapa aacanalada. Con escasos cambios el 2CV se produjo en Francia hasta 1987, mientras que en Portugal se hizo hasta 1990.
CITROEN ORIGINS: SERIE ESPECIAL 100 AÑOS
A este evento asistió Arnaud Belloni, Director de Marketing Mundial de Citroën, quien se encargó de hacer un repaso de cada uno de los modelos emblemáticos de la marca francesa. También aprovechó la oportunidad para subirse a un Mehari, otro de los modelos emblemáticos.
Dentro de este museo, que no está abierto al público general, también se exponen modelos más modernos pero significativamente revolucionarios, tales como un XM o un Xantia. Asimismo cuenta con un sector que recrea una antigua casa de repuestos de época, junto a otro sector en el que se destaca la restauración de otros exponentes de la marca, pronto a quedar como nuevos.